Impresionados por la belleza de la zona y la cantidad de actividades que se pueden realizar, volvemos tres semanas después de nuestra primera visita, a l Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, para iniciarnos en los barrancos y hacer alguna ferrata.
Nos alojamos en el pequeña localidad de Las Almunias de Rodellar, en los apartamentos "CASA TEJEDOR".
Ante la gran cantidad de barrancos que hay, nos decidimos a hacer el llamado Oscuros de Balces, un barranco "sencillo" pero muy bonito y variado.
Como todos somos novatos en el tema de barrancos, contratamos los servicios de una de las múltiples empresas de aventura que hay en la zona.
Quedamos con los guias a la entrada de una pista que sale desde la carretera que va Rodellar, hay que seguir por la pista hasta llegar a una explanada donde dejamos el coche.
La aproximación la hacemos en bañador, portando cada uno su neopreno, escarpines, casco y arnés. El calor es exagerado para las fechas que son, así que no vemos el momento de meternos en el agua. La aproximacción no es muy larga, algo menos de una hora, primero hay que subir por una ladera para luego bajar bruscamente hasta el cauce del río por el que caminamos un poco hasta llegar al inicio del barranco.
Quitamos los nervios con un destrepe y un tobogán que llega a una marmita cerrada. Una sucesión de rapeles, saltos y toboganes nos llevan a la parte mas llamativa del barranco, un pasaje horizontal encajonado entre dos paredones al que accedemos con un sencillo sifón. Pasado otro pequeño caos de rocas llegamos al final del barranco, una bonita poza donde podemos hacer unos saltos.
Descansamos un poco al sol y nos quitamos el neopreno. Para volver al coche hay que subir por un pronunciado sendero.
En total han sido unas 5 horas de actividad, muy entretenido y novedoso, pero si no se tiene experiencia en este medio es fundamental contar con un guia ya que puede ser muy peligroso.
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